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lunes, 8 de noviembre de 2010
viernes, 5 de noviembre de 2010
CELULA ARTIFICIAL
Craig Venter, el célebre -y controvertido- científico y empresario que echó leña al fuego de la carrera por la decodificación del genoma humano, acaba de lanzar otra de sus bombas mediáticas: anunció que planea crear una nueva forma de vida.
Según publicó The Washington Post, el proyecto ya cuenta con el respaldo del Departamento de Energía de los Estados Unidos -y un presupuesto de tres millones de dólares, y contempla fabricar un organismo unicelular artificial con el mínimo número de genes necesarios para sobrevivir. Si tiene éxito, una vez completo el organismo comenzaría a alimentarse y dividirse, creando una población celular diferente de todo lo conocido hasta el momento.
Junto con Hamilton Smith, premio Nobel de Fisiología y Medicina 1978, que lo secunda en esta aventura, Venter aseguró que la célula será mantenida en estricto confinamiento, y diseñada de tal modo que será incapaz de infectar a los seres humanos o de subsistir si escapa al medio ambiente.
Según The Washington Post, el trabajo podría tener en el futuro aplicaciones prácticas. Partiendo del Mycoplasma genitalium , un organismo que vive en el tracto genital humano y que está dotado de un genoma de apenas unos cientos de genes (el humano tiene entre 30.000 y 50.000), piensan remover el material genético, reemplazarlo por uno artificial y, eventualmente, agregarle funciones, como por ejemplo la capacidad de producir hidrógeno.
Sin embargo, los planes inmediatos, afirman, son más modestos: en principio intentarán integrar en un modelo virtual absolutamente todos los aspectos concebibles de la biología de un organismo, un desafío del que la ciencia hasta ahora nunca había salido triunfante. Y, dado que la química es la misma para todas las formas de vida terrestres, lograrían aclarar muchas cuestiones fundamentales de la biología.
"Pensamos que podríamos esbozar una definición molecular de la vida -declaró Venter-. Nuestra meta es entender cómo funcionan los componentes básicos de las células."
Por supuesto, una investigación de estas características no sólo promete una prolífica cosecha de conocimientos... sino también considerables inquietudes éticas: ¿un organismo hecho para sobrevivir en el laboratorio puede considerarse vida?, ¿tienen los científicos derecho a crear organismos? Y si así fuera, ¿podrían, como sugirió el propio Venter, dar pie para el diseño de nuevas armas biológicas?
Sin duda, el desafío posee los ingredientes de fantasía y audacia con que se escriben algunos de los capítulos más apasionantes de la historia de la ciencia. Pero, antes de dejar volar la imaginación, caben algunas consideraciones.
"Es muy difícil que una célula como ésta pueda utilizarse como arma biológica -dice Martín Lema, investigador especializado en el tema, del laboratorio de ingeniería genética y biología celular y molecular, y de la unidad de fisicoquímica, de la Universidad de Quilmes-. ¿Por qué? Porque un micoplasma de este tipo es muy frágil. Es un parásito que se adhiere a las células y vive de muchas de las sustancias nutritivas que fabrica su anfitriona. Y para qué hacer algo nuevo si es mucho más fácil usar organismos que ya existen en la naturaleza. Por ejemplo, para fabricar el ántrax habría que trabajar como cien años..."
Para el científico, el valor de un emprendimiento como éste radica en sus perspectivas comerciales. Permitiría, por ejemplo, desarrollar reactores biológicos más sencillos. "Cuando uno usa organismos completos -explica Lema- tiene ventajas y desventajas: ofrecen una cantidad de funciones prefabricadas, pero por otro lado poseen funciones que uno no emplea. Esto abriría la puerta para diseñar una maquinaria celular con las funciones estrictamente necesarias."
Por su parte, Osvaldo Uchitel, del laboratorio de fisiología y biología molecular de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, subraya que "aunque hay elementos de la célula que se pueden generar artificialmente -la membrana, por ejemplo, es una capa lipídica, y si uno pone lípidos en agua espontáneamente toman una forma esférica-, las demás estructuras celulares no van sueltas dentro de ese espacio, y aún no sabemos cómo están ensambladas. Los estudios bioquímicos descubrieron cuáles son los elementos unitarios de un sistema biológico, pero no cómo están ubicados".
La evaluación de Lino Barañao, investigador del Instituto de Biología y Medicina Experimental, es algo diferente. "Teóricamente es posible -afirma-. Ya hay cromosomas artificiales. De hecho, sería posible partir de una célula natural, vaciarla y agregárselos. Hasta se podría fabricar un embrión sintético, y el individuo resultante sería... sintético."
Por eso, subraya, evolutivamente éste es un momento tanto o más importante que la aparición del primer organismo en la Tierra. "Esta es una revolución no sólo tecnológica, sino biológica. Todos usamos el mismo software -dice-, y conociéndolo estamos en condiciones de producir en un instante cambios que antes ocurrían por azar y requerían cientos de millones de años. También desde el punto de vista filosófico es un paso importante, porque esto podría probar que la vida puede constituirse a partir de sus partes. Por otro lado, que el hombre tenga el control sobre la vida conlleva una innegable responsabilidad: la de usar este conocimiento en forma sabia y no en busca de fama o rentabilidad. Lo preocupante no es el experimento biológico, sino el económico que hay detrás... y ése no pasa por comités de ética. Deberíamos estar reflexionando, no sobre peligros lejanos, sino acerca de cómo pretendemos que sea el mundo del futuro, con una humanidad feliz o con asimetrías tan notables como que se usen tres millones de dólares para sintetizar una célula, mientras hay chicos que se mueren de hambre."
las 5 leyendas urbanas de la seguridad en la informatica
La industria de la seguridad tiene sus propias leyendas urbanas: mitos que se hacen populares, perduran en el tiempo y acaban siendo considerados como verdades universales.
Panda Security ha preguntado a su comunidad, a través de Facebook y Twitter principalmente, cuáles son los mitos que les viene a la cabeza cuando se habla de empresas de seguridad antivirus, y éste es el top de leyendas urbanas recibidas junto con sus argumentos:
1. Las compañías antivirus son las que hacen los virus. Este mito ha acompañado a Panda Security durante los 20 años de historia de la compañía, y seguro que a más empresas del sector. Esta afirmación es absurda, sobre todo si tenemos en cuenta que recibimos cada día más de 55.000 virus nuevos y diferentes. Y si fuera verdad, ya habría saltado el escándalo en los más de 20 años que el sector lleva protegiendo a los usuarios.
Uno de los problemas que la industria ha tenido que resolver a lo largo del tiempo es cómo poder asumir la carga de trabajo de procesar la cantidad creciente de amenazas informáticas para mantener protegidos a nuestros usuarios.
2. Las compañías de seguridad contratan a hackers. Lógicamente, no podemos hablar en nombre de toda la industria, pero en Panda Security este tema siempre nos ha preocupado mucho y nunca hemos contratado a sabiendas hackers que hayan estado “en el lado oscuro”.
Sí contratamos (y siempre estamos buscando) a hackers “blancos”. Una variación de este mito es que hay que ser ingeniero informático para dedicarse a la seguridad, que es falso. Los perfiles de los profesionales que trabajan en Panda son muy variados: ingenieros, matemáticos, físicos, formación profesional, autodidactas, etc. Lo que tienen todos en común es que sienten un especial interés, auténtica pasión en muchos casos, por la seguridad informática.
3. No existen virus para Mac, Linux o plataformas móviles. ¡Ya nos gustaría a todos! La percepción que se tiene es que no hay riesgo ni peligro para estos usuarios, ya que los virus se hacen sólo para plataformas Windows.
La realidad es que sí hay virus para todas estas plataformas. La diferencia estriba en la cantidad de amenazas informáticas que circulan si lo comparamos con Windows. Explicarlo es fácil: un hacker busca el beneficio económico. Si lo que quiere es llegar al máximo número de gente posible para conseguir más potenciales víctimas a las que robarles posteriormente, ¿cuál sería el blanco ideal? ¿Una plataforma con 10 millones de usuarios, u otra con 500 millones? La respuesta es obvia.
4. Hace falta saber mucho para ser hacker, desarrollar virus, entrar en los sistemas… En algunos casos, sí; en otros, no. Hace algunos años era bastante costoso desarrollar virus, gusanos, troyanos, etc., y sí hacía falta tener conocimientos técnicos.
De hecho, muchos de los hackers comenzaban “jugando” mientras aprendían, y llegaban a tener realmente mucho dominio de diferentes lenguajes de programación, protocolos de comunicación, etc.
Hoy en día no es necesario, y un caso reciente lo hemos visto con Operación Mariposa, donde los autores tenían conocimientos muy limitados. Y esto sucede porque se venden a través de Internet kits que permiten a “aprendices” generar malware y configurarlo sin necesitar prácticamente experiencia.
No nos atreveríamos a afirmar que cualquiera puede hacerlo, pero con un poco de dedicación e idea, sí, se puede construir –por ejemplo- una red de bots capaz de infectar a 13 millones de ordenadores en todo el mundo.
5. El trabajo tecnológico es para hombres. Esta presunción también es frecuente, y falsa. La realidad en Panda Security es muy distinta: más del 30% son mujeres, muchas de ellas ocupan puestos en áreas técnicas y en dirección. Y tiende a crecer, ya que cada vez más son las féminas que se preparan adecuadamente para sectores como el de la seguridad informática.
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